NI EL PAPA. (Madrid, tierra de calamares)

De las cataratas no se escapa ni el Papa. Y ahora con la emulsificación….

El generador de ultrasonido alimenta una punta que se encarga de desintegrar el cristalino dentro del ojo, mientras que el sistema de irrigación – aspiración se encarga de evacuar los restos de la catarata al mismo tiempo que mantiene constante la Presión Intra Ocular para evitar que el ojo colapse-. O como diría mi «Pascualito el de Las Ramblas»: -Me han operado con láser, y se acabó la música. Y al Papa también-.

Si el Papa viniera a Madrid no se escapaba de probar los excelentes calamares que la Villa proporciona. A mas consumo, mas frescos.

Por mucho que el Papa mande, El Vaticano cambia el horario según indica el alto funcionariado de la Europa Central, y todo un Papa dándole a las manecillas a la hora que a ese desconocido funcionario se le pone en la puñetera punta de su aparato genito/urinario.

Ignoro si el camión del tapicero entra en el interior de los vericuetos y jardines de la Ciudad Vaticana. Lo que no dudo es que el altavoz del camión del tapicero atravesará los gruesos muros externos de La Santa Sede e irrumpirá durante unos minutos la Santa Misa que El Santo Padre celebra en la intimidad

No voy yo a Misa y, a pesar de todo, el puñetero camión también me interrumpe con sus altavoces de hierro y plomo.

Y no lo digo por ti, estimado lector, lo digo por el Pobre Santo Padre.

(Escrito en el autobús ALSA, camino Murcia)

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