Las razones que decidirán el voto en las próximas elecciones y siguientes, no van a ser las ideas, sino los sentimientos.
Ni tan siquiera es necesario ser de izquierdas o de derechas para estar en desacuerdo con ciertas manifestaciones viscerales.
Posiblemente confundimos ideología con visceralidad.
«Visceral: propio o relativo a las vísceras. Dicho de un sentimiento, que viene de lo más profundo de sí mismo, y por lo tanto es irrefrenable. Relativo a una persona, que se deja arrastrar por sentimientos irracionales y profundos».
Lo visceral aparece vinculado a una reacción emocional muy intensa, que brota de lo más profundo del interior de la persona -de allí esta denominación-. Se trata de algo que el sujeto casi no puede evitar, ya que está encarnado en su interior y que escapa a la razón o a la lógica.
La ideología es la disciplina filosófica que estudia las ideas, sus caracteres y especialmente su origen. También el conjunto de ideas que caracterizan a una persona, escuela, colectividad, movimiento cultural, religioso, político, etc.
¿Cómo puedo dejar de ser una persona visceral?
Intentaré entender qué es lo que me ha originado tanta ira. Porque si a la visceralidad le añadimos la vehemencia, hemos perdido la razón.
Por un lado, debo pensar qué, y por qué, esa persona o situación me ha generado tanta rabia, sopesando los pros y contras de mi acción. Dirige esa energía hacia alguna actividad positiva, como el ejercicio físico, por ejemplo. Más gimnasia fisica o mental, y menos descontrol, se me ocurre a mí… digo. Hablando conmigo mismo. Ea!