A mis amigos Alfonso y Trifón esta Filosofía para entremeses.
Pues, hoy día de San Jorge y del Entierro de la Sardina, «improbable» lector, me veo en la necesidad de recordarte que S. Jorge no existió. O se lo preguntas a Emilio Guijarro Bernal o a Umberto Eco. Y como este último te explique el origen de SS MM los Reyes Magos… Los libros, las rosas, el oro, el incienso y la mirra, si. Las brasileiras del Entierro de la Sardina, tambien. ¡Hale! A tomar viento la cuaresma. Empieza otra vez la algarabía y los muslámenes al aire.
Con las fanfarrias y charangas incrustadas entre pitos del sereno y de reglamento -ahora hay unos de alta tecnología plástica y con la textura ad hoc de ejecución digital-, pitan que no veas.
En «toa» la Plaza de las Flores, con la luz de mediodía radiante como de costumbre. Y un viento acorde al «Follaero Sardinero», mira por donde me aborda mi amiga ciezana Piedaíta; me cuenta que una de su pueblo, muy afín a Podemos, ha decidido hacer como que se convierte al Islam, se pone el ḥiǧāb, y con su careto y un novio morico… a medrar en el Consejo de Ancianos moro de la Región de Murcia. Su objetivo falaz, intentar vestir a las brasileiras del Entierro con burkcas.
-Qué disparate-. Ella dice que ya lo sabe. Se difundirá en los medios y se pondrá en entredicho la fiesta machista antivegana.
En Podemos le llamaron la atención: -nenica, si te metes con el Entierro de la Sardina, no vamos a tener ni mi voto-.
Dicen que una afiliada, psicóloga, muy feminista y algo desinformada, por ejercer de comprensiva, dijo: -pues en chándal-
Cuando acabo de escribir este relato, los cohetes a mansalva me hacen salir al balcón. Están quemando La Sardina.