¡Valla una cacatúa! Mira lector, no es lo mismo una mata que un tío.

¿El hada verde? Verde sí

Deconstruye o construye unas lechugas a la berenjena y llámale X, y si consigues alguna caloría: mejor todavía. Pregúntale a Joaquín Sabina por el nombre de la exquisita lechuga y berenjena al horno. Doy por seguro que no la llamaría hamburguesa. Anda que la «crudi-vegana», que le pone limón y el caldo de los garbanzos batidos en la minipimer, y dice Lorena Salas en El Intermedio que la Thais Villas se va a comer un tiramisu. Supongo que por exigencias del guión, dice la Thais que está de rechupete. Si en la distinguida casa de putas de la Toscana levantarán la cabeza… El tiramisu surge con el fin de levantar el ánimo y tal de los clientes de la casa. Su en italiano es arriba. Dudo mucho que el caldo de los garbanzos eleve yo qué sé, hombre.

Mientastras

Mientras, veo la tele con atención dispersa y, ciertamente despavorido a la tal Lorena charlando con Thais, explicando las múltiples formas de no comer carne y todo lo que no provenga de animales. Pone el ejemplo de la miel. Como la abeja es un animal con patas, pues tampoco. Lo poco que queda, si es necesario cocerlo -eso sí que es tolerancia- sin pasar de los 45⁰.

Lo que te digo, paciente lector, tolerancia a destajo. Más tonta que una hippie con cinturón de castidad.

Los veganos, en un intento de parecer normales, llaman hamburguesa a una berenjena picadita. Eso si, berenjena recién traída de las faldas del Kailash, en el Tíbet, donde nacen algunos de los ríos más importantes de Asia, como el Indo. Insuperables berenjenas.

La lechuga de Murcia, que ya lo decía don Miguel.

-¿de Unamuno?

-No hombre, no, no creo que el de la barba supiera donde está Murcia.

-Me refiero a Don Miguel de Cervantes hombre; cita las lechugas murcianas, creo que en La Gitanilla, o tal vez en el Quijote…

-Y ¿me tengo que leer los dos?

-Pues lo he buscado en el Google y no he sabido encontrarlo. A las lechugas de Murcia las cita. Seguro. De ahí el maridaje con las lejanas berenjenas. Por puro prestigio cervantesco.

-No si ya, ¿y la berenjena?

-Encinita, la sobrina preferida de Ana esta por allí, por los ochomiles, van palmo arriba, palmo abajo y nos ha enviado un WhatsApp con la foto de las famosas berenjenas. No es vegana, tan sólo lleva un régimen de atleta de competición que me produce, al oírlo, una leve aflicción.

Estos mejunjes modernos, a la manera de Pócimas y Brebajes, del juego Brujas Herboristas es una expansión de la necesidad humana de experimentar con pócimas. Ahora, a lo light, es más políticamente correcto. -Me gustaría saber cómo se hacen los T-bone en la experta cocina crudivegana de la Lorena. Seguro que no se arruga la paya. Me gustaría que pariera un hijo en Murcia y en su desaforado modernismo, le gustara esto p’a quedarse, y que con toda su experiencia, le pusiera por nombre Osscarr Carrloss.

-Ohquíicaah!!, éh queváh a haceé ya la comunióon?

-A mi llámadme Ismael, o José Luis. De aquí a ná las cosas se van a llamar al turún tuntún.

P/D Las torrijas al horno, ni son torrijas ni ná. Las torrijas fritas hombre.

Y de los nombres y las ideas

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