(Éste relato, corto, fue publicado el 15 de septiembre de 2.018, ahora viene a esta sección en agradecimiento a Jesús Navarro, por considerarme y leerme. dando pábulo a mi estima. Comme «il faut,» que ése sí sabía lo que se llevaba entre manos).

Hotel Savoy, Londres


Casi todos tenemos un amigo o conocemos a un barman que borda los gintónics.
Mi amigo Paul consigue un equilibrio perfecto y sus maneras al hacerlo son de experto, que lo es. Trabajó muchos años en el hotel Savoy de Londres. (Esa es otra historia)
Ayer comimos en su casa, cocina él, un chef jamás se rinde.
Durante el café le pedí un Gin and tonic, que así lo llaman los guiris.
Me miró sorprendido (piensa que soy algo guiri debido a nuestra afinidad)
– el Gin and tonic es ¡un aperitivo!
No estaba yo dispuesto a la renuncia.
– Mira Paul, en Murcia cometemos dos errores importantes; igual que con el G&T casi todos tomamos el cava brut al final de la comida -.
Despejó de su cara la contrariedad y asintió.
No preguntó si alguien quería otro.
Mientras me acercaba la bebida fría y petillante me dijo: – tienes razón, en Murcia se toma el brut después de comer.
– Otro día te explicaré por qué se comete en Murcia ese disparate-.

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