Las mujeres me recuerdan a las lumbre de las chimeneas.
Acogiéndome a la Constitución digo:
Todas las mujeres son como lumbres de chimenea, en su diversidad.
A mi amigo Polioxímoron, lo quiero también por su chimenea. En este caso, se equivoca, nada de oximoron, la leña crepita, arde tranquila, calienta.
No me canso, con un solo mixto y «sin solución de continuidad», hasta que no se consumen los troncos, no hay que tocar la lumbre. Sólo para incorporar más troncos.
Para nada un fuego crudo y frío.
«Busco Jack», sin «mariconadas» (disculpa Vicente).
Cupido no es homosexual. Esa es otra buena historia.
Cuando nos besamos, es que nos estamos saludando o despidiendo. Impepinable.
A Polioxímoron y a mí, nos gustan mucho las mujeres y las chimeneas. ¿Tú que opinas lector?
Di algo hombro/e/a.
Si no pasa nada y el tiempo no lo impide, creo que conseguiré, amigo lector, tú próxima sonrisa a propósito de Cupido.©