«En la orilla del mar es más fácil soñar».
Manolo Tena tenía nada de paciencia, nada de templanza y una gran constancia. A cambio tenía talento p’a poner una gasolinera y repartirlo por litros. Tampoco sabía a qué precio cobrar el litro de talento.
Te digo ésto, amantísimo lector, -que te lo diría mejor Kalikatres sapientísimo- porque la paciencia y la templanza son cualidades, a la larga, muy rentables. Eso sí, un peñazo en lo inmediato. Te puede ayudar a conseguir estas cualidades el Chi Khun, mediante la constancia.
Si quieres, ahora que comienza este largo puente que pide chimenea y buena leña, ármate de paciencia, templanza y constancia. Obtendrás tu mejor guiso de cuchara. Carpe diem.
Aquí por Navidad es posible que haga algo mas de frío, o no. Tendrás que comerte los langostinos fríos, descongelados de noviembre. No te escapas, o en tu casa o en la mía.
No va a ser fácil comer bien en Navidad, se puede, no digo que no… Te digo lector, mejor Carpe diem .
Y, ¿a qué viene ésta retahíla? Pues era, que al escribir con pluma estilográfica estos relatos, necesito recurrir a esas tres cualidades. Y me he acordado de tí.
(No olvidar comprar cartuchos de tinta de repuesto). ©

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