Intimissimi I
Tengo en la sala de estar de mi vivienda un rincón que me permite escribir en el ordenador sin apenas reflejos. La distribución del resto de los muebles está supeditada a esta cómoda situación. Por encima de la pantalla se ve la puerta de la habitación de invitados, que se ocupa de tarde en tarde.
Y aquella tarde escribía: “Los grandes progresos de la cirugía actual se deben, principalmente, al avance espectacular de la farmacología aplicada en la anestesia. Permitiendo al cirujano aplicar técnicas complejas, impensables hace muy pocos años”…
Intimissimi II
…Leonor ( Elle para los amigos) me interrumpió abriendo la puerta de su recién conquistada habitación, con una mínima y costumizada lencería, corriendo hacia ”su” cuarto de baño. Hace años le dejé un juego de llaves y lo usa a su libre albedrío.
Cuando Elle viene a la ciudad por cuestión de trabajo, o huyendo de alguna quema, se instala en la que yo sinceramente le ofrecí como “su casa”.
Interrumpido por el paseo de Elle, sabía que disfrutaría de “su salida del baño». Lo hizo pausadamente con su magnífica lencería, ahora sí, plena de detalles…
Intimissimi III
…Moviéndose lentamente, me permitió disfrutar de la sensual forma de vestirse en “su” habitación de invitados. Cuando observó que la estaba mirando, dijo: “eres un voyeur y un lascivo”.
-Por favor Leonor, ¿puedes cerrar “tu” puerta?-.
Desaparecido tras mi pantalla del ordenador intenté seguir con mi relato:
“…Permitiendo al cirujano aplicar técnicas complejas, impensables hace muy pocos años, como ocurre con la tecnología textil, al igual que la farmacológica, ha conseguido nuevos tejidos que han hecho posible texturas y diseños que hace muy poco parecerían imposibles. ©