Carlos de la Blanca, nace en Granada

Muy cerca de La Chumbera, a una cuesta a bajo y una cuesta arriba de las del Sacromonte, se encuentra Los Faroles, del Quiqui, personaje granadino como todos los que pueblan el entorno, en permanente cuesta de éste lugar privilegiado para ver La Alhambra al atardecer y/o cuando haga falta.

El Quiqui no se inmuta. Las cuevas del Sacromonte mantienen su aire pobre de gitanos de los de antes. Así que si llega un grupo de 6 mexicanas y 2 mexicanos en su visita programada a las cuevas, él ofrece lo poco que tiene, botellines de cerveza frescos y un plato de olivas pelín pasadas, ah y cocacolas frias, que no falten. La música ambiental consiste en un transistor ni pequeño ni grande sitonizado con Radio Clásica FM. Que si quieres flamenco, en una cuesta abajo y otra cuesta arriba lo tienes.

El atardecer no tiene desperdicio, nos sentamos en unas sillas de chiringuito pobre con mesa y mantel a juego. -¿Qué vino tiene?- Pregunta mi primo Fernando, experto en piedras preancestrales y en vinos. -Pues… vino blanco y… tinto. -Traigamos unas cervezas.- Pilar, Ana y yo nos miramos complices: -cerveza y algo para picar. -Tengo olivas.- Mi carácter se dispara y sale a flote mi conocimiento profundo del Ventorrillo de Las Ramblas. -Isidoro, ponme un whisky. -Sólo tengo DyC.- Así que reto a «el Quiqui».

-¿Podría tomar un whisky con un cubito y un poco de agua? -Solo tengo DyC-. El caso es que me supo a Cardhu. ¿Sería el atardecer mirando a La Alhambra? Lo comento con Fernando y ya con su 2⁰ quinto en el talego me responde tranquilamente: -no te extrañe que alguna vez te hayan dado gato por liebre. Asiento saboreando el DyC. Al tiempo el Quiqui se acerca a nuestra mesa con otro plato de olivas y un tomate troceado, de aspecto de los de antes. El punto de sal a lo comme il faut. Delicioso. Y me pido otro DyC. Estimado lector. El atardecer de lujo

En Los Faroles (fotos: Pilar)

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