Su hermano Manuel tampoco es mal coche.

Manrique Cos, de actividad vital talentosa, y yo,  hiciéramos lo que hiciéramos, siempre se nos recordaba como hijo de D. José Cos; el mejor profesor de física que hemos tenido los zagales del Alfonso X, y mi padre, el profesor Hoyos, (entre tú y yo, querido lector, capaz de seducir a las piedras). Sabía seducir en español e italiano.

Manrique puso el baloncesto en Murcia en lugar destacado, a nivel nacional, entre otras cosas. Eso lo hizo el hijo de D. José Cos.

Cuando todavía un visitante no era un guiri,  y venia a Murcia, el cicerone de turno sabía que tenía que  pasar por el Casino en la calle Traperia.

Allí se encontraba mi padre sentado en las sillas de la fachada y como siempre acompañado de Pepito «el limpia» de servicio permanente toda la mañana, hasta pasadas las dos de la tarde, para socios y transeúntes necesitados de que  le limpiaran los zapatos.

Una mañana soleada comme d’habitude, llevaron a un ilustre visitante italiano a ver el Casino. El cicerone saludó a mi padre y dirigiendose a su acompañante se lo presentó indicándole que seguramente «el profesor Hoyos» podía definir el carácter de Murcia y de sus habitantes. «Murcia es una ciudad cosmopolita, los murcianos tenemos un acento mediterráneo lejos del laísmo castellano. En Murcia construimos gramaticalmente el español mejor que en otras regiones. Murcia No Es. Ni Castilla, ni La Mancha, ni Valencia, ni Andalucía. Somos, eso sí, puro mediterráneo. Aquí hablamos francés, italiano y español normalmente». Y dirigiéndose al limpia, uno de sus discípulos más avezados, de los no universitarios, le preguntó: Pepito, -cosa pensi di la nostra città?-. A lo que, en un perfecto acento napulitano dijo: Murcia è una bellissima città-.

Manolo Albacete Carreira fue compañero de Instituto. Éramos 2 años mayores que Alfonso, y de la mano de nuestro amigo y compañero Adolfo Avilés Llorens subíamos en su vespa a casa de los Albacete Carreira en la Alberca. La casa dispone de un cenador tras el picoesquina del chalet que nos proporcionaba cierta intimidad a la pandilla.

Alfonso era aceptado como uno más,  a pesar de su hándicap de adolescente. Nosotros ya éramos recién post adolescentes.

La madre de los Albacete ejercía de sigilosa anfitriona. Recuerdo la tarde que nos presentó, a los amigos de Manuel y Alfonso, a la viuda de D. José Ortega y Gasset.

Manuel padeció la derrota con honor de su padre D. Alfonso, en la dura batalla frente a los políticos madrileños, de La Estación Sericícola de La Alberca.

Manolo Albacete es un eminente Ingeniero Agrónomo, experto en las tierras y sobre todo en las aguas del Campo y Huerta de nuestra Región.

Cuando pone su talento al servicio de nuestra Comunidad Autónoma, suelen adjudicar su mérito al hijo de D. Alfonso, o al hermano de Alfonso Albacete.

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