«Con Bonafé se aprendía bastante y las cosas que comunicaba tenían el interés de esos artistas que van cumpliendo su destino desde una concepción de las vidas y de las cosas sin alterar ni violentar el ritmo de su capacidad de creación». (A. de Hoyos Ruiz)
![](https://www.relatosdehoyos.com/wp-content/uploads/2022/06/wp-16549307107236087548652806854961-689x1024.jpg)
Habilísimo lector, imagina que el ramo de flores es una maceta de heliotropos y el homenajeado al fondo se parece a Alfonso Albacete. Pues eso, el cuadro que nunca existió. A la manera de la operación «Carne picada» la ficción se hace tan real que cuela.
![](https://www.relatosdehoyos.com/wp-content/uploads/2022/06/wp-16550397371122644745031033732721-1024x1015.jpg)
El 30 de abril de 1943 un pescador de Punta Umbría encontró flotando en el mar el cadáver de un oficial británico, el comandante William Martin, con un maletín encadenado a su cuerpo. Era el inicio de la operación «Carne picada», que revolucionó el curso de la 2ª Guerra Mundial. Estoy seguro de que Bonafé habría pintado un óleo, o algo parecido, con maceta de heliotropo, de haber podido felicitar a su discípulo más distinguido, por su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Eso sí, el heliotropo y el retrato de Alfoso deben estar situados tras un nítido arco, poniendo orden en la luz del lienzo.
Tenía el regomello de haber felicitado a Alfonso de forma mate. Pues mira lector, voy a ver si consigo lo contrario. Hombre, brillante tampoco es eso.
Creo que Alfonso le debe a su maestro Juan Bonafé un 24% en los méritos acumulados para tan merecido nombramiento. Y si no coincides, amigo lector, te digo que aquí yo veo un clarisimo 24%:
![](https://www.relatosdehoyos.com/wp-content/uploads/2022/06/wp-16550424467556444770777812221863.jpg)
Que a mí sólo me corresponde la observación. El mérito, grande, es de Alfonso y su enorme conocimiento de las diversas técnicas de la pintura.