Richard y yo, en su territorio

Datt. Frente al jardín de El Conde de Floridablanca, a dieciocho días del mes de enero, año del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo dos mil veintidós.

Cuando Richard Catarineu Guillén nació, el prestigioso ginecólogo don Angel García le dijo a su madre, de nombre Frarén (artista verdadera) : «Ha tenido usted un transistor.»
Al parecer ya hablaba en el vientre de su madre.
¡Aquí RADIODIFUSACATARINEU!
Una docena de días antes de la fecha de este relato, coincidí mediante WhatsApp con mi amigo, desde la lnfancia en el jardín de Floridablanca; Richard Catarineu Guillén ya tenía maneras difusas, no tantas,claro.
Es difuso por fuera. Por dentro concreto, constante, de neuronas rápidas. Una fiera. Noble. Escribía bien, ahora está «cansao».
Para que te hagas una idea Vicenta. Bueno y Tamara y Oscar también. A ver, y estimados lectores.
Situación: Cabo Palos a principios del XXI.
Federico Trillo, amigo de la infancia y sobre todo de las adolescencias estivales, acude a saludar a su amigo Richard, que se encuentra en el chiringuito de moda; al verlo venir, salta como Superman.
-A mí no me saludes, ¡que pierdo a mis amigos!-
Y va el Trillo y se lo toma en serio. Contrariado Richard, 3 perragordas de marcha atrás.
-Richard, «llévame hasta el mar .»-
Sonríe:
-«Allí es más fácil soñar.»- Responde.
Concretamos día y hora. La que has leído, apreciado lector a la manera de los funcionarios coetaneos a Cervantes, en bastardilla.
Todo preparado. Arroz en El Mosqui, llama para reservar, -no abrimos hasta el 27.-
-Lo siento Richard.-
Una semana antes habíamos invitado a mi amiga Pepa al evento. El pos ya que…
-Pepa, que ya vamos p’allá-
-No puedo, desde ayer, tengo covid.-
-Pos al Miramar. –
Cerrado y albañiles dentro.
-A la Tana no-
-yo le eché las cruces hace más de 20.-
Entre la Tana y El Pez Rojo un restaurante con mesas para guiris, y gente fina cabopalera.
Una señora nos mira divertida.
-Anda si eres tú, con la mascarilla, ni idea.-
-Hola Ricardo, se os ve muy despistados…
-Aquí todo ocupado y lo demás…
No había caído que en enero cierra tolmundo coño-El RANCHO está abierto. Ayer fuimos a comer.
Un arroz que hace Vicenta de secreto y setas, emocionante.
-Ale, a comer como si estuviéramos en Segovia.-
Tamara, Oscar y Vicenta, es otra historia. Amigo lector, quédese para otro día de la semana.
La luz de la tarde al volver a Murcia de lujo. El arroz, también.
-Si o no, Richard.

El Mar se queda donde estaba

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