A Svetlana; distinto a las “Variaciones Goldberg” BWV 988
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El conferenciante subió al estrado, aclaró la voz y comenzó a hablar.
—La importancia del tema que nos reúne hoy es sin duda atrayente …
Al principio, todos escuchaban con atención. Era un asunto interesante, sin duda. Todas las anécdotas desconocidas del cine americano y español. Los minutos pasaban, y su voz, sin altibajos, avanzaba como un río sin remolinos.

—“Si analizamos el contexto histórico, puedo deciros que yo nací con ” El Nacimiento de una Nación “, de Griffit, hice la primera comunión con “Candilejas” de Chaplin, di mi primer beso con el “Proceso” de Kafka, dirigida por Orson Welles, y me enamoré por primera vez con “Ben Hur” , o algo parecido …

Alguien revisó su reloj. Solo habían pasado diez minutos.
-…podemos ver que la evolución histórica del cine puede vincularse a anécdotas interminables que yo conozco al dedillo. Y que voy a relatar pormenorizadamente.-
Un hombre en la tercera fila empezó a pensar en su cena.
-… Esta serie de anécdotas nos lleva inevitablemente a considerar la interdependencia de Cine y realidad.-
Una mujer junto a la ventana miró al cielo y contó las farolas del jardín.
-…lo que nos remite, por supuesto, al marco teórico correspondiente…-
El público dejó de escuchar. Uno empezó a hacer listas mentales de tareas. Otro repasó una vieja discusión con su hermano. Una señora recordó el aroma del pan recién hecho en su infancia.
Pero el conferenciante no se detenía. Su voz flotaba en la sala, llenándolo todo como un aroma sin dueño.
-…y así, podemos concluir…-
Todos volvieron en sí. ¿Había terminado?
-…que este tema, lejos de agotarse, nos abre la puerta a una reflexión más profunda…-
No. No había terminado.
Alguien en la última fila se levantó con sigilo y salió. Luego otro. Y otro mas.
El conferenciante, sin levantar la vista de sus notas, siguió hablando. No puedo, paciente lector, decirte cuántas personas quedaban en la sala. La conferencia comenzó a las 19 horas 30’ y nosotros hicimos mutis por la puerta de salida a las 21 horas, aprovechando un punto y seguido del conferenciante, le dije a mi esposa: !Ahora!
De eso sí que me acuerdo, el tío iba por 1.939.
¿Cuánto le quedaba para contarle al respetable las anécdotas singulares de “2.001, Odisea del Espacio”?
Te juro , estimada lectora que al salir , Ana se encontró con una amiga, prima del conferenciante, que salía al mismo tiempo.
Ana desaprobó mi comportamiento; le dije: cuando coincidas en una comida de familia con tu primo, le dices porfa: “dicen que van diciendo por ahí que eres más pesao que una vaca en brazos”.