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Parece que este relato esté dedicado a Ángel Montiel; no mi dulce lectora, está dedicado a mis amigos , esperando les guste de quien ellos saben.
Estimado Ángel Montiel: espero que por el respeto que ejercías hacia el prof Hoyos, me permitas (haces bien en negarte) hablar de mi breve relación contigo. No me puedes ver; que te crees tú que el mérito es sólo tuyo. El malaje que llevas dentro y que tus éxitos te ha proporcionado, también se vuelve contra tí algunas veces. Dando vistas a Itaca «me se» ocurre por el cariño que le profesábamos a mi padre, cada uno por su lao, darte una explicación que te debo y te la voy a dar.
Cuando le pediste una entrevista a Eduardo Alonso y te hizo la pirula, enviándome en su sustitución, él sabía que te lo querías comer crudo. Tu mala follá se multiplicó bastante. El hijo mate del prof Hoyos se va a enterar.
La relación entre mi padre y yo ni la oliste. Estimado Ángel, como periodista sí; como persona, lo nuestro es recíproco, que lo dijo un tal Goethe: «las afinidades electivas son reciprocas»(si tú me caes mal, el asunto es reciproco. En el secano de Cieza, Goethe se traduce por «Hay personas que me joden sin saber por qué». Supongo que en Lorca se habla el mismo idioma). No es nuestro caso. He cometido errores, en uno de ellos tenías razón al criticarme en tu fina y excelente columna de La Opinión.
Mi madre quería un hijo brillante. Mi padre sabía que, si bien el niño no había salido mate, tampoco era pá tirar cohetes. Así las cosas, cuando todavía sin respirar tiraste de tu personal mala follá, intenté que la entrevista fuese como tu querias: una mierda pinchá en…
Te cuento ésto porque mi padre, no sin cierta ilusión, estaba oyéndonos en directo. Cuando llegué a casa me dijo – pero Bobete, qué mierda de respuestas le has dado a Ángel-.
-Padre, es que tiene muy mala follá.
-Eso sí, hijo, eso sí.
Estimados lectores, pido clemencia. Tenía que quitarme esta puncha dando vistas a Itaca.
Sorprendente, levanta muchas incógnitas amigo. A ver si me las resuelves compartiendo una copa de vino. Sería para nosotros un placer juntarnos, cómo siempre