Tamariz et al juegan con la imaginación del espectador, además de que el truco tenga que parecer fácil. Para conseguirlo han de pasar horas de entrenamiento puestas al servicio de la idea, talento y eficacia por delante. Por dentro muy buen humor y en la retaguardia estilo propio, para evitar complicaciones, je je, lector.
Pues tú, amada lectora, también has picado porque me estoy refiriendo al da Vinci de La Alberca, no a Tamariz. Mi amigo Visent Price, que así lo llamaba yo cuando huyendo de tanto hermano se refugiaba en mi casa, y de paso merendaba sin tanto follaero.
Que dice Johann Wolfgang von Goethe que si me caes bien, te caigo bien, o sea «Las afinidades electivas» como bien diría yo.
En casa construimos un circuito tipo Scalextric Action con mi mecano y unos cartones fuertes y maleables que trajo Visent de no se donde, ah y un poco de yeso para tapar las juntas. Fue por el 62. «En 1952, el ingeniero británico Fred Francis ya ideó un sistema que permitía mover de manera remota coches metálicos en miniatura: el Scalex, un sistema mecánico que tuvo gran aceptación entre el público. Su primer modelo fue típicamente inglés: el Jaguar XK 120». (La wiki)
Lo de mover los coches a distancia lo suplimos con rayas paralelas pintadas en el cartón y dos dados del Parchis. Por consiguiente, a mas seises mas rápido el coche pequeñito, mínimo, de plástico macizo. Menudas carreras… saltos, loopings, cambios de pista, posibilidad de elegir pista, derrapes…
Por variar, nos hicimos adultos de cuerpo pero no de espíritu. Hombre, para formar familia algo tuvimos que poner de nuestra parte. Que aquí no sale n’á de balde. nihil obstat seguimos disparatando, sobre todo, ya en vacaciones. Una Nochevieja recuerdo en su casa de La Alberca a dos cofrades vestidos de nazarenos del Martes Santo, poniéndose fácilmente de acuerdo en un negocio. Claro, si eran de la misma Cofradía. Sin pegas tú.
FELIZ CUMPLE VICENTE