_Laya_ la perrita chiquitina de pelo largo

_Laya_ y su nieta

«Los chihuahuas fueron perros de sacrificio en rituales aztecas. Algunos van más allá opinando que sus antecesores fueron domesticados por los toltecas, lo que indicaría que la raza de los chihuahuas ya existía hace más de mil años» (el Google).

Por la acera viene en plan ataque frontal Laya hecha una basilisca. Yolanda y yo sonreímos.
-Señora, menos mal que su perro lleva bozal.-
-Laya no muerde, lleva este bozal para que no se coma toda la porquería del pavimento.-
-Tranquiliza mucho verla con bozal. ¿es de un perro de juguete? ¡Qué pequeño!-
-A las 4 de la madrugada del día de Nochebuena, tuve que llamar a un taxi y llevarla a Urgencias del Hospital Veterinario, se estaba muriendo debido a una pertinaz diarrea.
Cuando la estabilizaron, el veterinario muy serio, me dijo:
Prohibida toda salida a la calle sin bozal.
(A más de uno le aplicaba yo el cuento).
Seguimos nuestro camino, no sin antes despedirnos de la desconocida señora.
  Mi cumpleaños fue el día anterior a la clase de Chi Khun. En la tradicional «cerveza de después», avisé de mi intención de pagar «la juerga» («que no se te escape ninguna convidá pequeña», ¿no, Manrique?).
Alcé mi copa al tiempo que indicaba la antigua costumbre italiana; en el brindis, se debe mirar a los ojos y, sobre todo, no tener cruzadas las piernas. Y si no lo haces…
(Yolanda un poco ajena a mi explicación, cruza su pregunta en ese instante, desde el otro lado de la mesa, y levantando su copa, pregunta:
-¿Por qué nos invitas, Antonio?-
Ajeno a su pregunta, le respondo:
– …Un año sin cópulas.
(Una voz femenina del lado izquierdo de la mesa susurra: «por sólo un año»…).
Esta visto que escuchar, no es lo mío.

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