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«La literatura está en el adjetivo»
Y Umbral lo sabía:
En 2.005 publicaba una reedición de sus memorias, Días felices en Argüelles, donde puedes leer por ejemplo:
«Inés hace un cuadro completo de la política y la vida nacional. La derecha, acomodaticia. La izquierda, disoluta. El capitalismo abusivo. El país indeciso. Tenemos un socialismo que no lo es».
El caso es que me gustaría que el «miopía magna este», hubiera perdido la razón. No es el caso. No sólo escribe literatura, es que sigue teniendo olfato desde la tumba.
Francisco Umbral, la «desinstalación permanente«, está descansando en paz. Dejando claro los adjetivos que conforman su literatura:
Derecha acomodaticia: Capaz de negociar con la ultraderecha y a hacer concesiones para llegar a acuerdos, incluso si ello implica renunciar a algunas de sus propuestas.
Izquierda disoluta: Un partido de izquierda que ha perdido su identidad ideológica y se ha convertido en una simple coalición de intereses. Una izquierda que se ha dejado seducir por el individualismo y la búsqueda de votos, en lugar de la lucha por la justicia social. Una izquierda que ha perdido la unidad y la capacidad de actuar en conjunto
Estimado lector, dejo a tu elección indagar sobre el capitalismo abusivo y el país indeciso. Te lo explica la Wiki en un plis plas. Si relees «al mala sombra» de Umbral, a poco que pongas atención en cómo escribe, aprendes bastante. Por ejemplo el uso de la negrita en sus columnas diarias.
Creo, improbable lector, que ya te conté mis primeras experiencias en cómo me inicié en la forma de escribir. Concretamente en 1.954. Tenía 6 años cuando mi padre inició la costumbre de leerme en voz alta lo que escribía, sobre todo cuando el folio no fluía adecuadamente.
-Bobete, a ver que te parece…- y me leía el folio.
Desde los seis años, que me corrijan lo que escribo me viene bien. Hombre, no cualquiera… Esa, amiga mía, es otra historia.