La visera de la gorra de «los otros dias».

(Tiempo de lectura 1′ 30″ + 49″ del video incorporado)

Antonio Segado del Olmo lo empleaba, tal vez, más de la cuenta. «Te vi los otros días en la inauguración de tu exposición en San Petesburgo con 60 cuadros.» Era… los ojos ingenuos…

Carlos Pardo Gómez tiene un excelente pedigrí. O sea: «Adaptación gráfica de la voz inglesa pedigree, que significa ‘genealogía de un animal de raza’ y se usa en ocasiones referida a personas o a cosas: «Quiero que aproveches tu buena estampa, tus relaciones sociales, tu pedigrí aristocrático» (Fuentes Cristóbal [Méx. 1987])». Y sobre todo tiene una capacidad y energía enorme para la escultura, la música y la pintura. También se construyó, él solito, su casa en el monte. Es pura actividad creadora. En Murcia heredó el taller donde se creaban las carrozas del Entierro de La Sardina. Este pedigrí proviene de Los Gómez Cano.

Carlos es hijo (ya empezamos) del magnífico escultor Perico Pardo. Mucha gente le llama Perico, bueno…  por su padre, como a todos.

Sevtlana, esposa de Carlos y eminente pianista, Spivacov, director de Los Virtuosos de Moscú. Carlos Pardo un artista en Rusia.
Sevtlana; el tío se casó con ella este julio pasado.
Con un cuadro de Carlos a la espalda de Sevtlana, Suite francesa n⁰ 5. Bach (duración del video 49″)

Del paisano con la gorra puesta de visera larga y estrecha comiendo en un buen restaurante, a las manos llenas de yeso por la creación  de unas sensuales esculturas de superficies alabeadas mientras pintaba el retrato de mi nieta Helena, o al  chaqué del concierto hay mucho trecho. Es lo que tiene el protocolo.

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