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A la chita callando por un lado y a lo bestia por el otro lado, la derecha recalcitrante gana votos a cascoporro.
¿Cómo puede un pobre genares comido por la hipoteca votar a la derecha?

Me voy a la barra del Ventorrillo de Las Ramblas y le pregunto al jornalero genares:
-Y tú, ¿por qué votas a Vox?-
-Primero porque me da la gana y segundo porque estoy hasta los cojones de tanto moro-.
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En un encuentro, cartógrafos políticos empedernidos coinciden en la opinión de que las transformaciones en el orden internacional no pueden comprenderse “sin dirigir la mirada hacia Estados Unidos”. Concretamente a su despacho oval.

Se trata de tres conocidos personajes: Iván Redondo, Enric Juliana y Esteban Hernández.
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Mientras los judíos errantes, entre otros, manden económicamente en Estados Unidos y en Alemania, por decir dos países conocidos por mis lectores, la ONU se puede llamar la OMU (Organización de Mierda Unida).

Estimado lector, ver llorar al representante de Palestina en la OMU es humillante, degradante. El capital judío es superior al del Vaticano, por decir algo. La pasta manda, aquí como en Holanda.
Mientras el capital judío global decida que los palestinos se tienen que ir a tomar por saco, los de Gaza lo tienen crudo.
Netanyahu es un cocoroto de patología maligna, o sea perverso, a disposición de los que tiene más pasta gansa del mundo. No está elegido al turun tun tún.
El objetivo de Netanyahu et al., es el exterminio mediante genocidio de los palestinos en la franja de Gaza, con el proyecto de quedarse con la finca.
En EE UU consiguieron relegar a los Sioux y demás tribus a reductos miserables. Al ser la finca muy grande pudieron ubicarlos en reservas de lo más cutre. Gaza no tiene ni una tahulla donde relegar a los palestinos. Es tan simple como «quítate tú que me pongo yo».
Lo que ya sabemos amigo lector, la ONU, una mierda. Ea.