«No me llames genocidio, llámame Lola» dice Jordi Évole.
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A Chole
Recuerdo últimamente muchas veces lo que citaba mi padre de Ortega, «ser de izquierdas o de derechas es dos posibilidades que tiene el hombre de hacer el imbécil». Y me dejaba ojiplático; era la época del tardofranquismo. Tímidamente el personal sacaba a la luz, con mucha prudencia, su tendencia a la izquierda. Y la derecha prepotente se afianzaba en que nadie iba a quitarles la finca. Ahora la derecha está en la oposición y se dedica a insultar más que a presentar un proyecto ilusionante para mejorar la asistencia sanitaria pública, la educación o la vivienda, etc.
Me consta que la derecha y la izquierda tienen sustanciosos convenios con Israel. Y no digamos EEUU.
Operación Carros de Gedeón II. La reciente visita oficial de Marco Rubio a Israel sería la reafirmación del compromiso inquebrantable de EE.UU. con la seguridad de Israel, así como el visto bueno de Trump a la operación “Carros de Gedeón II” emprendida por Netanyahu.
Según las autoridades gazatíes, serían 64.900 los asesinados por ataques israelíes desde la ofensiva desatada el 7 de octubre de 2023, pero la relatora de la ONU, Francesca Albanese, ha sostenido que “el número real puede ser de diez veces mayor, con al menos 680.000 fallecidos -casi un tercio de los gazatíes que vivían en la franja-” así como el 90% de las infraestructuras civiles arrasadas bajo la excusa de “combatir el terrorismo de Hamas”.
El objetivo final de dicha operación militar sería el confinamiento forzoso de la población gazatí en Rafah como medida de presión para que Egipto abra su frontera y los palestinos queden asentados en la Península del Sinaí y en Libia. Tras ello, Israel procedería a la declaración unilateral de la soberanía sobre Gaza y sus zonas marítimas. Posteriormente anexionará Cisjordania para culminar la segunda nakba que podría borrar a Palestina de la faz de la Tierra, dentro de la estrategia de Netanyahu de acelerar los plazos para implementar el Gran Israel (Eretz Israel). Y a medias con Trump, construir un gran resort. Como sabes indignado lector, esa es la otra historia.
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