Alejandro Amenábar

Inspirado

Arturo Pérez-Reverte dice: «He visto «El Cautivo» y me parece una película espléndida, amena, bien hecha. Hay dos minutos polémicos que darán mucho que hablar y no gustarán a todos; pero es una visión libre y sincera. La recomiendo de verdad». Y ha calificado a ‘El Cautivo’ como un «logro».

El director y guionista responde: «Creo que la película la completa el público, es el público el que va a decidir un poco quién es y qué es lo que siente Miguel de Cervantes. Mi opción, añade, hubiese sido retratar a un Cervantes completamente homosexual. La película no lo hace… ¿Dónde está el problema? El problema lo entiendo en el siglo XVI, no en el siglo XXI».

«La película es un homenaje al arte de contar historias«. Y eso es muy cervantino.

Estimado lector, en esta semana que comienza iré a ver la película preparado, si es posible, para ver a un Cervantes homosexual. Yo prefiero pensar que Don Miguel fue «pasado por la piedra» como enemigo vencido por los turcos. Me acuerdo de la secuencia de Peter O’Toole en  Lawrence de Arabia, donde  David Lean, de modo sutilísimo, afronta la homosexualidad  de Lawrence frente a los turcos que lo detienen. Era una forma clásica de auto censura: la cámara se quedaba mirando cómo la puerta se cerraba. Ahora la puerta casi siempre se queda abierta; como hacen los solterones empedernidos aq la hora de ir al baño.

Al parecer, el cineasta retrata a un Cervantes homosexual, fruto de una hipótesis que surge de ciertos indicios históricos. Está convencido de que si hubiese evitado tratar ese tema, esa atracción entre Cervantes y su captor, habría renunciado a una parte  de sí mismo como creador. «-Habría sido un mojigato-» dice Amenábar a modo de excusa.

Lo que sé es que finalmente fue rescatado en 1.580 gracias a los frailes trinitarios, que reunieron dinero para pagar su rescate. Regresó a España tras cinco años de cautiverio, marcado física y emocionalmente por la experiencia. Aquello reforzó su visión de la libertad como uno de los bienes más altos que puede poseer el ser humano.

¡Ah! Paciente lector, la libertad, esa sí que es otra historia.

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