Y que sea lo que  Dios quiera…

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Llego a Arévalo con toda la carga histórica que tiene la capital de la comarca de La Moraña, o Tierra de Arévalo. Es conocido como «La Villa de Isabel la Católica» debido a su importante papel en la vida de la reina. 

Allí residió Isabel I de Castilla o Isabel la Católica entre 1.454 y 1.461, por orden del rey Enrique IV (su hermanastro), tras el fallecimiento del padre de la futura reina. Estuvo además en compañía de su hermano el infante Alfonso y su madre.
La villa, ubicada entre los ríos Adaja y Arevalillo, fue un lugar importante para la monarca, quien es cariñosamente llamada «Señora de Arévalo. Fue un refugio para Isabel durante su infancia y juventud. . 

Isabel y Fernando se casaron en Valladolid. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio de los Viveros, específicamente en la Sala Rica del palacio, el 19 de octubre de 1469
1.492 – 1.469 = 23 años para llegar a Granada.
La boda fue un evento importante para la historia de España, ya que unió las coronas de Castilla y Aragón, y sus protagonistas pasaron a ser conocidos como los Reyes Católicos. El matrimonio se llevó a cabo de forma relativamente secreta debido a la oposición de Enrique IV, hermano de Isabel, y a la falta de una bula papal necesaria para validar el enlace entre primos.

Isabel se convirtió en reina de la Corona de Castilla y Fernando en rey de Castilla y rey de Aragón.

Antes de la conquista de Granada, dábale a los Reyes por veranear en Guadalupe, donde reside la Virgen que lleva su nombre: Reina de la Hispanidad, por entonces patrona de Extremadura y lugar sagrado de peregrinación.

El edificio donde jugaba en su patio Juana I de Castilla es ahora un restaurante. El patio se mantiene como entonces, con la salvedad de que ahora te puedes tomar un whisky con la sensación de la presencia de Juana en su infancia. Fue a partir de 1509 que vivió encerrada en Tordesillas, primero por orden de su padre, Fernando el Católico, y después por orden de su hijo, el rey Carlos I. (A mí el personaje de Juana I de Castilla me cae bien).

Cuentan las crónicas extraoficiales que muy poco antes de cerrar el trato para la unión de los dos reinos, Fernando suspiró diciendo: -vamos a unirnos con Arévalo… Que sea lo que Dios quiera-.

Cada vez que paso por Arévalo, camino de Ponfe, me viene la historia de España a borbotones.

Estimado lector, Guadalupe con el Arca del Agua, que data del año 1.350 y que en la actualidad sigue funcionando, es otra historia.

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