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Quisiera ser minimalista verdadero. Ahora bien, como el que no se parece a su padre es un animal, tengo las paredes repletas de cuadros, armarios y estanterías llenas de cachivaches y libros por doquier. Ahora, gracias al e-book, he dejado de rellenar lejas con libros comprados y escasamente leídos. Ya era hora.

Vicente ya habría rellenado de cuadros y/o lejas bajas la zona inferior de la pared de la foto, hoy por ahora libre.
Tuve una entrevista con el Secretario del Ayuntamiento de Murcia, a propósito de darle anchura a la carretera de la Arboleja según se entra por el malecón, cortando mi casa por la mitad y así eliminar el martillo de obstrucción que invadía la calzada. Me dejó absolutamente maravillado la ausencia de objetos de escritorio y de expedientes en su mesa de despacho. Más limpia que una patena. La misma sensación que cuando entré por primera vez en el despacho de Richi Aleman. Hasta entonces no le había juzgado como oftalmólogo; ser hijo de Don Antonio Alemán le daba toda la solvencia. Desde que vi la mesa de su despacho:

Ricardo aumentó mi idea de su capacidad profesional y fraternal en más de un 24%.
Vicente, tú y yo no hemos visto una mesa así, a no ser que nos hayamos alojado en un buen hotel.
Desde nuestro pseudo diogenismo te digo que todas las chuminás campestres, y algunas de incierto valor, se las voy a donar como testamento en vida a mi nieta Helena.
Te invito a que tú también le des a mi nieta, como última voluntad en vida, todas las cosas que consideres como chuminás imprescindibles. O búscate un falso nieto en el que puedas descargar tantos cachivaches y deliciosos objetos. Y de tus dibujos ni te cuento.
Estimado lector, procura tener nietos. Los cachivaches de Chelete, es otra historia.