
2 minutos

Tan sencillo como cambiar el Zinzano rojo por un toque de Dry Martini.
Cuando a última hora de la tarde, a modo de ritual, confeccionas tranquilamente un Manhattan, la monotonía puede quitarle su gracia al Manhattan del atardecer. Son muchos los Manhattan tomados suavemente mirando al mar.
Un día que desapareció el vermut rojo de Cinzano por arte de biribirloque, o que mi distinguida esposa lo utilizó para cocer unas almejas a lo «Rincón de Joaquín,» discípulo preferido de Martín Berasategui, en San Cayetano, (en la carretera hacia La Ribera pasado Los Infiernos, también a la izquierda); bueno, a falta del vermut rojo se me ocurrió sustituirlo por Dry Martini. No puedo decir que fuera un éxito. Cambia el matiz, pas mal mon vieux…

Distintos matices para un Manhattan al atardecer


Manri, sé que te lo sabes; para los despistados, un Manhattan lleva un whisky cercano al Canadian Club. Un toque de Zinzano rojo y una guinda al sirope. (La guinda al Marrasquino se ha suprimido, por los componentes nocivos del Marrasquino).

Supongo que darle el toque con Martini de diversos tipos le da distintos matices al whisky, que también con distintos tipo de whiskey o whisky pueden romper totalmente con la teórica monotonía de las tardes de otoño.

Las almejas a lo del «Rincón de Joaquín», estimado lector, es otra exquisita historia.
人生多艰,快乐一天是一天!