Que intentaré no comer solo… y por supuesto que «no pasaré, jamás, hambre»…

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A mi Paquito Rivas con viento en popa

En la Tabernita tengo un grado de complicidad con Maria, la dueña, que permite que oculte mi fobia a comer solo. Mi desazón desaparece cuando me prepara la ensalada «para uno» con verduras y tomates frescos para más de dos; las costillas de cabrito en su punto, y las patatas bien fritas. Maria sabe bien lo que digo.

El caso es que Ana se ha ido de excursión con su hermana Encina y no vuelven hasta el sábado próximo.

Creo que están en Gerona, o muy cerca. En la foto las dos hermanas con Pilar y con Fernando Balibrea.

El jueves por la tarde conseguí que Ana me acompañara a comprar flores. Llegan a la floristería frescas, a primera hora de la tarde. Hice el ramo lo mejor que pude. El viernes por la tarde, Ana se fue a Murcia, camino de Gerona. Disfrutó del ramo unas veinticuatro horas.

Total, que al ser margaritas de las modernas, que duran y duran a lo Duracel. Posiblemente la estén esperando a la vuelta de Ana de su merecida excursión. Al parecer se van a mojar menos que nosotros.

Esa, amigo lector, será otra historia.