LA ISLA MISTERIOSA. No leer si vas a leerla.

Estimado amigo, esta recomendación de leer en verano LA ISLA MISTERIOSA de Julio Verne se gravó en mi retina cuando la leí de soslayo cabalgando por la wiki.

El relato que continúa es puro spoiler, o sea, es un destripe o la revelación anticipada de elementos clave de la historia.  En otras palabras, corres el riesgo de que te chafe la guitarra si has decidido leerla este verano.

3 minutos y 1/2

Ciencia y progreso en La Isla Misteriosa

Julio Verne te enseña, Julio Verne entretiene… utiliza su novela como un homenaje al poder de la ciencia y al conocimiento humano como motor de desarrollo y civilización. A través del personaje del ingeniero Cyrus Smith, Verne transmite una visión muy positiva del progreso técnico y científico del siglo XIX.

Cyrus Smith es el eje del progreso en la isla. No solo lidera, sino que enseña y aplica la ciencia a situaciones prácticas. Verne lo convierte en una especie de símbolo del ideal positivista: la razón, la lógica y el método científico pueden transformar cualquier entorno.

A lo largo de la novela, Cyrus y sus compañeros aplican el método científico.

En La isla misteriosa, la ciencia no es solo un conjunto de datos, sino una filosofía de vida. Verne presenta una visión optimista y humanista del progreso, en la que la inteligencia, la educación y la solidaridad permiten al ser humano no solo sobrevivir, sino construir una sociedad justa y avanzada, incluso en medio de la nada.

Este proceso racional permite ir resolviendo desafíos prácticos.

Todo esto se hace sin magia ni ficción científica, solo con conocimientos reales y aplicables, lo que refuerza el mensaje de que la ciencia es suficiente para el progreso.

La isla, al principio un lugar salvaje, va transformándose en una pequeña sociedad organizada gracias a la agricultura planificada, la creación de infraestructuras (refugios, caminos, comunicaciones ) y a la seguridad frente a peligros naturales y humanos (como los piratas).

Esto refleja la idea de que la ciencia no solo sirve para sobrevivir, sino para civilizar, llevando orden, bienestar y cultura donde antes no había nada. Verne no presenta la ciencia como un poder frío, sino como una herramienta al servicio del bien, del trabajo, la educación, la justicia y la cooperación. El progreso logrado en la isla se basa en el respeto mutuo, el trabajo honesto y el buen uso del conocimiento.

Paciente lector, el ataque de los codiciosos piratas a la isla muestra la capacidad humana también para la avaricia.

Queda claro que Julio Verne no se chupaba el dedo. Sin ir más lejos está actualísimo. Esa amigo lector, es otra historia.

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *