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Hay en todo fumador adicto al Venezuela un día que acude sin encendedor al restaurante.
Antes del postre se dirige a la zona al aire libre, dotada con un cenicero bastante funcional y sin mucho protagonismo. De cara a la clientela no fumadora procura no llamar la atención. Hoy en dia está mal visto chulear de zona de fumadores. Pues pá que te empapes, sobrio lector. Si vas al Venezuela, tú no, uno que sí fume, al pedirle fuego al camarero, si te reconoce, te trae un encendedor de regalo, diseñado para el restaurante. Detalle que te hace reconocer que no todos son iguales. Un pequeño gesto, un recuerdo imborrable.

Un detalle más de la eficiencia del servicio de mesas de la casa.
Abundando en Calidad:
¿Qué es la gastronomía sostenible?
«Se basa en la idea de que los alimentos deben ser producidos, transformados, distribuidos y consumidos de forma que tengan un impacto mínimo en el medioambiente. A la vez ha de promover la equidad social, la viabilidad económica y la conservación de la memoria biocultural«. (José María Egea, profesor de la UMU y promotor de AgrosimbiosisLab)
O sea, crear un arroz en Caldero con productos autóctonos de gran sabor y calidad, constatado por personas conocedoras del Mar Menor y por foráneos, tipo Woody Allen et al.,

El Venezuela es prototipo de la idea del profesor Egea. Los productos autóctonos están presentes en su mejor calidad, con una gastronomía sostenible,( como se dice ahora), enfrentada a los disparatados cultivos intensivos «facedores de mil entuertos» creados por las emanaciones de CO ² y nitratos.
Lo cierto es que cada vez son más los cocineros que, por diversos motivos, abogan por prácticas sostenibles que se reflejan en sus platos y en el día a día de su cocina.
Hay en el Venezuela dos conceptos que se unifican sin solución de continuidad: la excelente cocina casera y la sofisticada posibilidad de probar un atún rojo fresco como si estuvieras en Tokio.

Esa, amigo lector, es otra historia.