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A mis amigos doctorados
En mi libro escolar, figura que en 4⁰ curso de Bachillerato, cursado en el Instituto Alfonso X el sabio, obtuve la calificación de Matrícula de Honor en Latín (no lo parece; sé latín). Luego hice mi doctorado sobre Glaucoma (una enfermedad ocular). Jaime Miralles, el inglés de Cádiz (mira yes) no quería que hiciéramos el doctorado ninguno de los profesores no numerarios, así no tendríamos jamás la posibilidad de acceder a la Cátedra. En principio, el hombre no sabía quien era mi papi. Mi padre, cuando por fin conseguí salir del laberinto de Arquitectura me dijo, haz lo que quieras. -Sólo te pido que seas doctor-. Fíjate, paciente lector, si iba desencaminado el gaditano.

Un día me preguntó… ¿para qué quieres ser doctor?
-Para ser lo mismo que tú-. Y se quedó en silencio.
También se equivocó con el Rector Jose Antonio Lozano Teruel. El «inglés de Cádiz» pensó que el Rector era un pardillo. Don Jaime se presentó a tomar posesión de su Cátedra en la supercanícula de julio. Encontró al Rector vestido con un fresco sayón huertano. Él vestía correctamente a la manera de Oxford: camisa y corbata con traje de chaqueta de entretiempo. Pensó malhumorado que esa no era manera de ser recibido para tamaño acontecimiento, y descalificó al profesor Lozano. Pensó que era un pardillo el Rector entre 1980 y 1984. Licenciado en Ciencias Químicas en la Universidad de Murcia en 1962 con premio extraordinario. Especialista en Bioquímica, «es uno de los investigadores españoles que más ha contribuido a situar esta especialidad en un lugar destacado dentro del panorama internacional». (de la Wiki)
También se equivocó con el Jefe de Servicio de Oftalmologia de La Ciudad Sanitaria Virgen de la Arrixaca. El Dr. Emilio Robles, Presidente de la Real Academia de Medicina de Murcia. Le propuso que al ser él catedrático, se quedaba de Jefe de Servicio de oftalmología y no me acuerdo de la trampa trilera que le ofrecía a cambio. Se enteró el primer día de pisar la Arrixaca del carácter vehemente de mi Don Emilio.
Como todas las cátedras tenían que rellenar la actividad docente y de investigación, con todo el dolor de su corazón, «permitió» que el futuro Doctor en Oftalmología Juan Gomariz Guijarro y este cuerpo, nos buscáramo las mañas intelectuales para acceder al título de doctores. El genares de Jaime Miralles de Imperial Mora Figueroa no movió ni un dedo por ayudarnos. Como en este país, al final o al principio todo se sabe. Supe que su padre, al casarse con una Mora Figueroa verdadera, unió el Miralles de los helaos con el Imperial (a lo mejor, cercano al filial del Real Murcia). Cosas de la vida.
Digo esto a propósito del follaero que se ha montado con los «hipercurricula».
Al revés también pasa, se puede ser catedrático avaricioso y un zoquete para la política. Ea, estimado lector, lo de Josep Borrell tirando la toalla por Gaza, eso sí que es otra historia.
