Mi Paquito y yo; dos poros opuestos

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A Rita Franco Rivas

La madre del Embajador José Luis Pardos Pérez, era de Cieza.  Señorita leída, confundía con elegancia el concepto: «son dos poros opuestos, un poro y otro poro». Don Julián Pardos, Presidente de la Archicofradía de la Prciosísima Sangre… (Miércoles Santo) nunca corrigió a su esposa. Cuando ella lo decía, él sonreía.

Bueno, pues doña Carmen decía que Paquito y yo éramos «dos poros opuestos, un poro y otro poro». El tiempo le dió la razón. Paquito, con las mismas leyes de la física cuántica que Pepe Fuentes Zorita, se hizo eminente Ingeniero de Caminos, y con todo el rigor necesario, ha construido un lago de 200 metros de profundidad en As Pontes. (La máxima profundidad del Mar Menor es de 7 metros). Paco tiene casa en primera línea de LU (Los Urrutias). Así que nunca le tuvo miedo a los lagos artificiales mas grandes que mi cabeza.

Si te ves interesado, amigo lector, busca en la Wiki: Lago artificial de As Pontes. Verás lo que vale un peine. Eso lo ha parido y dirigido un zagal del Jardín de Floridablanca.

Cuando éramos niños, el Jardín de Floridablanca estaba repleto de palmeras, ahora sustituidas por cipreses. Solíamos «cazar» lagartijas que se situaban en la zona soleada de las palmeras. Siempre había pequeños charcos residuales de los riegos del jardín. Introducíamos las lagartijas en el charco. Igualito que cocodrilos.

Paco cartesiano, metódico. Yo mirando a la luna de Valencia. Dos poros opuestos.

Mientras viene, «pasao la siesta», a mi casa, escribo este relato para que lo lea mientras preparo unos cócteles Manhattan: whisky Canadian Club, toque de vermut rojo, toque de vermut seco y cereza en sirope, a ser posible de Marrasquino. Él no lo sabe todavia. Posiblemente, estimado lector, te enteres tú antes que él. Nos vamos a cenar al Venezuela un exquisito tartar de lubina. Le daré a José recuerdos de vuestra parte.

La cena de hoy, improbable lector, es otra historia. Y el tartar de atún rojo, mejor vas y lo pruebas. Lujo afroasiático.

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Un comentario en «Mi Paquito y yo; dos poros opuestos»

  1. Simplemente… felicidades por el relato. Muy animado con historias de toda clase. Con un final de «manjar:. Saludos Antonio

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